martes, 26 de julio de 2011

お誕生日おめでとうございます!

Era el primer día de clase y estaba a punto de llegar tarde. Buena forma de empezar el curso con gente totalmente desconocida.  Nada más entrar por la puerta vi que los asientos de la fila que estaba ante la mesa del profesor estaban vacíos (algo completamente comprensible, ya que a los alumnos no les gusta estar tan cerca de  la persona que puede frustrar sus posibles planes malévolos), así que me senté al lado de la ventana. Poco antes de que llegara el profesor una chica bastante mona, con el pelo largo y algo despeinado se sentó a mi derecha. Algo muy raro si tenemos en cuenta que nadie se suele sentar al lado de la chica rara que viste de negro. Pero cuál fue mi sorpresa al ver que sacaba de su mochila una pequeña agenda escolar con dibujos de Victoria Francés. ¿Era posible tener la suerte de alguien con buen gusto fuera a la misma clase que yo? La chica me saludó pero debido a mi exagerada timidez apenas puede susurrar una contestación que no escuchó, me giré hacia la ventana y dejé que mi pelo cayera como una cortina. Cuando la profesora pasó lista descubrí que mi nueva compañera se llamaba Anna, pero no presté atención a su apellido. No fue hasta unos días después, cuando volvieron a pasar lista, que escuché "Garí" y recordé las tardes que pasaba con unos amigos en el bar de delante del instituto. Entonces, tal vez por primera vez en todo el curso, le dirigí la palabra:
-¿Te llamas Garí?
-Sí
-¿Y tienes un hermano que se llama Antoni?
-Síii!- esta vez respondió con más ánimo
-¡Yo le conozco!
-¿En serio?
-Sí..
Y a partir de ahí empezamos una conversación en la que descubrí la cantidad de cosas en común que tenía con ella y lo simpática que era. En ese momento nació una amistad que podría superar cualquier obstáculo que se pusiera delante.
Ya han pasado 2 años y tras muchos altibajos seguimos siendo grandes amigas. Me ha apoyado en los buenos y en los malos momentos, me ha aconsejado mirando siempre por mi bien, ha estado a mi lado cuando otros me daban la espalda. Tengo mucho que agradecerle y nada será suficiente para devolverle todos los favores y la ayuda prestada.
Por eso hoy te dedico esto, porque no hay que fiarse de las apariencias. Nunca sabemos donde podemos encontrar a nuestros mejores amigos.  


¡¡FELICIDADES ANNA!!